Ubicada frente al caserío, una pequeña piscifactoría provee a nuestra cocina de sabrosas y deliciosas truchas, criadas en un entorno natural con agua limpia y fresca.
Data de 1.972, y se construyó para afrontar la demanda creciente de este producto y las dificultades para mantener el pescado fresco y en buenas condiciones.